Al sudeste de África, separada del continente por el canal de Mozambique, se ubica la cuarta isla más grande del mundo, Madagascar. Su geografía es muy diversa: una meseta central, bosques tropicales, playas de arena blanca, zonas desérticas, una cadena montañosa… entre las que viven distintas especies de fauna exótica. La isla es una reserva natural, que está en peligro de extinción debido a la contaminación. Los amantes de la naturaleza quedarán fascinados con la variedad de escenarios que hay en Madagascar. Hay muchas opciones de actividades, ¡aunque los safaris son una forma privilegiada de apreciarlo todo!
Se trata de un enorme parque nacional al nordeste de Madagascar, de 55.000 hectáreas de extensión. Está ubicado en una sierra que le da su nombre. Es un terreno sinuoso que permite la mantención de varios hábitats, que cambian rápidamente según cambia la altitud. En los sectores inferiores encontrará una cálida selva, seguida de bosques más pequeños y coronado en lo más alto por un matorral de montaña. El lugar tiene gran biodiversidad: se han identificado 118 especies de aves, 148 reptiles y anfibios, y al menos 11 especies de lémures. El viaje a la cumbre no es fácil pero vale la pena; y en el camino encontrará 3 campamentos diferentes donde descansar.
La principal atracción de este parque de 81.000 hectáreas es el paisaje. Es aconsejable recorrer el lugar a pie. Una de las rutas más populares es la del cañón de Singes, lleno de vegetación y de lémures pasando libremente entre las ramas de los árboles (de hecho, el nombre significa cañón de los monos). También es interesante la piscina natural, que contiene numerosas cascadas. Con ayuda de un guía, podrá conocer el parque en detalle. En las rocas podrá hacer incluso descubrimientos de tumbas Sakalavas. ¡No puede dejar de realizar uno de los muchos trekkings que se organizan en este lugar!
En este parque encontrará 29 especies de mamíferos, incluyendo 12 tipos de lemures. El lemur dorado del bambú, por ejemplo, es único en el parque. Con apenas un circuito de 3 horas, el visitante puede hacerse una idea de la fauna y flora local. Le recomendamos llegar a la zona de miradores, cruzando el río. Disfrute de las caminatas guiadas, en las que su guía no siempre lo llevará por los lugares más fáciles de atravesar, pero sí por los que le regalarán vistas y experiencias más satisfactorias. Mézclese con la naturaleza salvaje, escuche de cerca el chillido de los lémures, y vea también recordatorios funerarios de las tribus locales, que solían vivir en la selva.
Este es un grupo de árboles baobab que recubre un camino de tierra en la región de Menabe, al oeste de Madagascar. Es uno de los lugares más visitados de la región, por visitantes de todo el mundo. Algunos de los ejemplares tienen unos 30m de altura. Estos árboles son un legado de los densos bosques tropicales que alguna vez prosperaron en la isla. Algunos tienen hasta 800 años de antigüedad, y se los conoce localmente como Renala, que quiere decir “madre de la selva”. La visita no tiene costo ya que la zona no está protegida – y por esto mismo está en peligro de extinción o deforestación, por las plantaciones a su alrededor.
En la época de la colonia francesa, esta ciudad se convirtió en refugio de la alta burguesía, por sus aguas termales y agradables temperaturas todo el año. Hoy, apenas quedan restos de la gran ciudad que fue. Se puede ver la avenida principal, con la hermosa estación de ferrocarril en ruinas, el hotel balneario (que está venido a menos pero aun en funcionamiento), la catedral neogótica cristiana y el monumento nacional a la independencia de Madagascar – en el que se representan todas las etnias y tribus que formaron parte del acontecimiento. ¡No se pierda la experiencia de andar en los carros pousse pousse, tirados por lugareños para transportar tanto alimentos como personas!
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